Andre Lelouvier
André
Lelouvier empezó
a trabajar como comerciante de vinos y bebidas espirituosas en 1933, en Briouze
(Orne).
Enseguida André
Lelouvier se
dedicó también a la crianza de calvados y cervezas que decidió distribuir bajo
la marca Lelouvier.
En
los años sesenta, se convirtió en una figura indispensable en la región, tanto
por la calidad de sus calvados como por sus relaciones con los servicios de
impuestos indirectos.
En
los setenta, creó la sociedad de calvados Lelouvier que transmitiría a sus 11
hijos. Su hijo Christian tomó las riendas de la dirección.
Era
en Orne, en La Ferté-Macé, en el "terreno de los campos", lugar de
residencia de André Lelouvier, donde los calvados envejecían en aquella época.
En
2016, tras el fallecimiento de Christian Lelouvier, la actividad de la sociedad
pasó a manos de Calvados Christian Drouin SAS.
Una pareja dedicada al comercio y al envejecimiento
André Lelouvier consagró su vida a descubrir los mejores calvados a lo largo y ancho de la campaña normanda. Su obsesión: hacerse con los mejores aguardientes para envejecerlos, mejorarlos, transformarlos. El talento de André Lelouvier residía en su capacidad de envejecer aguardientes jóvenes y convertirlos en excelentes calvados. Dominaba perfectamente los secretos de un buen envejecimiento, la elección de las barricas, de la mezcla, etc. En su búsqueda de los mejores calvados, André Lelouvier contó con la inestimable ayuda de su esposa Cécile, una excelente catadora. André Lelouvier, que a lo largo de su vida compró miles de litros de calvados, nunca validó una compra sin el visto bueno de su esposa.
La recolecta
Los aguardientes solo pueden hacerse con buenas sidras. Los calvados Lelouvier se elaboran a partir de sidra de primera calidad, con una delicada combinación de diferentes variedades de manzanas y peras. Las manzanas se recogen en otoño y posteriormente se almacenan hasta que alcanzan la madurez, mientras que las peras, más frágiles, se procesan inmediatamente
La elaboración
Las frutas se trituran en un pelador mecánico. La pulpa se recupera y se lleva hasta la prensa. Las frutas se prensan según los movimientos tradicionales. El zumo que se obtiene de esta manera se llama "mosto".
La destilación
Tras varios meses, se dice que la sidra se "seca" porque deja de contener azúcar. En ese momento ya puede destilarse. La destilación se realiza en un alambique de columna. La sidra se destila una sola vez. El alambique destila el aguardiente Blanche (blanca), con aroma a manzana y pera.
El funcionamiento del alambique es simple: consiste en separar el alcohol y los aromas más sutiles del agua. Cuando la sidra se calienta, el alcohol que contiene se evapora antes que el agua. Para reunirlos, basta con condensarlos por enfriamiento. De este modo, se obtiene el destilado que se convertirá en calvados.
El destilador ambulante se desplaza de finca en finca para hervir las sidras del año anterior.
El envejecimiento
Un buen envejecimiento, etapa decisiva para elaborar el sabor de un calvados, es aquel que combina varios factores:
- Predominio
de pequeñas barricas.
- Ausencia
de barricas nuevas.
- Movimiento
regular del alcohol.
- Reducción
lenta del porcentaje de alcohol.
- Variaciones
lentas de temperatura.
En contacto con el aire y la madera, los calvados envejecen poco a poco y adquieren progresivamente un color natural ámbar, una enorme elegancia y una extraordinaria persistencia en boca. Los aromas de fruta fresca se completan con notas de fruta confitada y pan de especias.